LAS MUJERES Y LA CONTABILIDAD

La evolución de la relación entre las mujeres y la contabilidad ha sido admirable, porque cada vez han tenido mayor participación, pero sin perder la calidad que siempre las ha caracterizado en su desempeño.


Hace cincuenta años, en la Escuela Bancaria y Comercial se impartían dos años de Vocacional y cuatro de estudios profesionales de Contador Público. Al primer año de Vocacional se inscribían 250 alumnos, cinco grupos de 50 alumnos cada uno. El grupo que podríamos usar como referencia, semejante a los demás, estaba compuesto por 43 hombres y 7 mujeres. Al terminar los seis años de estudio, de ese grupo terminaron tres personas, dos mujeres y un hombre. Por supuesto, otros terminaron más tarde, pero en el plazo requerido sólo esas tres personas.


La actualidad nos muestra una mucho mayor cantidad de mujeres en los grupos de estudios profesionales, probablemente 50% hombres y 50% mujeres, pero las mejores calificaciones casi siempre están acaparadas por ellas y su grado de eficiencia terminal es mayor que el de los hombres.


Hace 45 años en uno de los ocho grandes despachos de contadores, trabajaba sólo una mujer en auditoría y el resto de los ayudantes, encargados, supervisores y socios eran hombres. Hoy los cuatro grandes despachos tienen socias y hay una abundante presencia femenina en todos los niveles. Por cierto, que está por escribirse un buen artículo, casi podría ser una tesis sobre cómo se fue dando esta presencia ¿Cuál fue el primer despacho en tener una socia? ¿Cuántas socias hay en la actualidad y ¿Cuál es su proporción en relación con los socios?


Una mujer ha llegado a ser presidenta del Instituto Mexicano de Contadores Públicos rompiendo un tabú de un siglo.


A diferencia de otras profesiones, creo que la contaduría pública ha visto con buenos ojos la presencia femenina, que siempre fue catalogada de indispensable, por sus cualidades de dedicación, de consideración de los detalles, de cumplimiento de las obligaciones, pero que ahora no sólo es alabada, sino aprovechada en múltiples despachos y empresas. No podemos hablar ya de áreas reservadas a los hombres, prácticamente todos los aspectos de la profesión las consideran, ya sea que se trate de contabilidad, auditoría, finanzas, presupuestos, costos e impuestos.


Probablemente todavía hay barreras que romper, pero cada día serán menos.


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